Pedro Páramo

El encuentro de voces en Pedro Páramo
Por Profr. Miguel Galo Inette Burgos
Diciembre de 2004
A más de cuatro décadas de su publicación, la novela Pedro Páramo de Juan Rulfo sigue suscitando un inusitado interés, tanto de lectores que se acercan a ella por primera vez como de aquellos que realizan una relectura de esta trascendental obra de la narrativa hispanoamericana.
Este fenómeno no es por ningún motivo gratuito , ni casual; lo motiva la hondura de esta novela abierta siempre a los más variados abordajes, tanto a nivel estético, como semiótico, antropológico y sociológico.
Precisamente por ello, y de cara a la realización de este ensayo, he seleccionado de entre la multiplicidad de aspectos a analizar de la única novela escrita por Juan Rulfo, uno que a mi juicio contribuye a definir su coherencia narrativa y estética: la construcción de las diversas voces que confluyen en ella y la expresión, a través de este plurilingüismo, de la desolación que caracterizó a la Revolución Mexicana de 1910.
La estructura narrativa de esta novela presenta de una manera fragmentada y sin un orden cronológico lineal, en primera instancia la historia de Juan Preciado y de su padre, el terrateniente Pedro Páramo.
Preciado llega a Comala, su pueblo natal, cumpliendo una promesa que hiciera a su madre, quien le había dado una visión mítica de su padre, pero al llegar sólo encuentra un poblado sin vida, desolado, en donde inicia un fuerte dialogo con un mundo de muerte y de recuerdos. Juan Preciado, en un principio, entiende poco o nada, hasta que advierte que él mismo está, como todo el pueblo, muerto.
Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera. (Rulfo,2000,p.15)

Por otra parte, de manera entrelazada, se narra en tercera persona y con un agudo desorden cronológico, la vida del cacique Pedro Páramo, dueño absoluto de las tierras y de las vidas de los habitantes del lugar.
Sin embargo , Pedro Páramo es mucho más que estos dos ejes narrativos, es el relato de Comala, un pueblo mexicano desolado por la revolución, donde todos están muertos, incluso el narrador.
Historia contada a través de los recuerdos de sus antiguos habitantes y en donde la realidad se invierte. En las tumbas existen muertos conscientes de su realidad y en las casas deambulan entre murmullos muertos que no acaban de morirse.
La historia que se cuenta podría haber ocurrido en cualquier otro lugar. Más aún, como señala Jorge Volpi:
A pesar de la fidelidad de Rulfo al lenguaje de los Altos de Jalisco o a la recreación de la historia completa de un pueblo mexicano durante la época revolucionaria, Comala podría estar en cualquier parte justamente porque no está en ninguna. Su aridez y su soledad son universales (2001, p.8).

Comala, es uno de esos ámbitos novelescos inolvidables que no se conoce por descripción alguna, ni por imágenes que el autor enuncie de manera directa. Este pueblo, con sus dimensiones reales y míticas, se conoce por la multiplicidad de voces de sus habitantes, voces que le dan forma, que construyen su verdadera esencia.
El propio Rulfo, citado por Gutiérrez Vega, destacó que “a sus personajes sólo se les adivinaba lo que habían sido por la palabra” (1985, p.75).
Los personajes de Pedro Páramo surgen y buscan su definición a través de su propio discurso y el de los demás; por ello su proceso de definición no puede prescindir de la presencia del otro.
En este sentido, para lograr una mayor profundidad en el análisis del papel que esta multiplicidad de voces adquiere en la coherencia estética e ideológica de la narrativa de Rulfo, es necesario aplicar los estudios realizados por Mijael Bajtin con respecto a la novela polifónica.
La obra de Dostoyevsky le permite a Bajtin determinar que la novela es la presentación estética del discurso humano y de la palabra:
La pluralidad de voces y conciencias independientes y no fusionadas, la auténtica polifonía de voces de pleno valor, es realmente la particularidad fundamental de las novelas de Dostoievski. En sus obras no se despliega una multitud de caracteres y destinos en un único mundo objetivo a la luz de una única conciencia autoral, sino que en ellas precisamente una pluralidad de conciencias de iguales derechos con sus mundos se combinan, manteniéndose no fusionadas, en la unidad de algún acontecimiento. (Bajtin, 1984, pp.6-7)

Para Bajtin (1989) el valor estético de la novela polifónica radica en la capacidad de ésta para representar un mundo plural gracias a la confrontación dialógica de multiplicidad de conciencias. En este tipo de novela “el personaje es sobre todo presencia y actitud (existencia dialogal) de un sujeto ante el mundo” (1989, p.231).
Es precisamente la polifonía la perspectiva que elije Rulfo para enunciar la profunda y compleja realidad que caracterizó a la Revolución Mexicana y la revuelta cristera de principios del siglo pasado.
La multiplicidad de voces de los habitantes de Comala fluyen libremente a través del dialogo y del monólogo interno, construyendo una representación fragmentaria y plural de la memoria colectiva de un pueblo a través de la diversidad de discursos orales que concurren en ella.
La pluralidad del lenguaje existente en Pedro Páramo asoma a partir del discurso de los personajes en términos de debate y confrontación de ideas que definen el estilo de la novela:
-Mejor no hubieras salido de tu tierra. ¿Qué viniste a hacer aquí?
-Ya te lo dije en un principio. Vine a buscar a Pedro Páramo, que según me dicen fue mi padre. Me trajo la ilusión
-La ilusión. Eso cuesta caro. A mi me costo vivir más de lo debido. (Rulfo, 2000, p.81)

Comala es, más que un espacio geográfico, un coro de múltiples voces que adquiere la categoría de personaje, personaje colectivo compuesto de individualidades y marcado por el desconsuelo:
-Hay pueblos que saben a desdicha. Se les conoce con sorber un poco de aire viejo y entumido, pobre y flaco como todo lo viejo…
-Y es que éste es un pueblo desdichado, untado de desdicha. (Rulfo, 2000, p.108)

En Pedro Páramo no encontramos un narrador omnisciente que describa situaciones o plantee comentarios. Las descripciones físicas no existen por parte del autor; los personajes rulfianos se construyen a partir de sus propios discursos, sin mediación alguna del narrador, los cuales se integran al texto desde la memoria de alguno de ellos:
-No me llamo Eduviges. Soy Damiana. Supe que estabas aquí y vine a verte. Quiero invitarte a dormir a mi casa. Allí tendrás donde descansar.
-¿Damiana Cisneros? ¿No es usted de las que vivieron en la Media Luna ?
-Allá vivo. Por eso he tardado en venir.
-Mi madre me habló de una tal Damiana que me había cuidado cuando nací. ¿De modo que usted...?
-Si, yo soy. Te conozco desde que abriste los ojos. (Rulfo, 2000, p.49)

En esta novela percibimos la descripción cultural y psicológica de cada uno de los personajes a través de su discurso, participando como conciencias autónomas frente a otras conciencias, incluso a las del mismo autor, que en ningún momento procura integrar o privilegiar una visión de la realidad.
Ahora estaba aquí, en este pueblo sin ruidos. Oía caer mis pisadas sobre las piedras redondas con que estaban empedradas las calles. Mis pisadas huecas, repitiendo su sonido en el eco de las paredes teñidas por el sol del atardecer. (Rulfo, 2000, p.59)

El propio Rulfo señaló al respecto:
A veces resulta que escribo cinco, seis o diez páginas y no aparece el personaje que yo quería que apareciera, aquel personaje vivo que tiene que moverse por sí mismo. De pronto aparece y surge, uno lo va siguiendo, uno va tras de él. En la medida de que el personaje adquiere vida, uno puede, entonces, ver hacia dónde va; siguiéndolo lo lleva a uno por caminos que uno desconoce pero que, estando vivo, lo conduce a uno a una realidad, o una irrealidad si se quiere.(Rulfo, 1980, p.15)

En Pedro Páramo , todos los personajes tienen algo que decir, la realidad se muestra a través del oído y fundamentalmente se escucha:

-¿No oyes? ¿No oyes como rechina la tierra?
-No, Susana, no alcanzo a oír nada. Mi suerte no es tan grande como la tuya.
-Te asombrarías. Te digo que te asombrarías de oír lo que yo oigo. (Rulfo, 2000, p.139)

Rulfo construye su narración por medio del sentido del oído, que identifica la realidad antes que la vista, que actúa como complemento de percepción, al igual que el olfato. De esta manera el conocimiento no aparece sólo como una visión, sino preferentemente como una percepción auditiva, llegando a diferenciar las voces que se oyen a las voces que se sienten.
Oía de vez en cuando los sonidos de las palabras, y notaba la diferencia. Porque las palabras que había oído hasta entonces no tenían ningún sonido, no sonaba, se sentían, pero sin sonido, como las que se oyen durante los sueños. (Rulfo, 2000, p.80)

La conciencia como rasgo de la estructura de los personajes de Pedro Páramo , permite verlos en su interior, y mirar al personaje desde su interior significa más que verlo. Verlo sería describir sus rasgos físicos individuales y sus características socioculturales; pero oírlo significa mirar cómo vive en su interior el mundo exterior, significa saber lo que el entorno representa para él; oírlo no es subjetivarlo, es darle vida, darle voz y platicar con él. (Ramos, 1991, pp.187-188)
La multiplicidad de voces existentes en Pedro Páramo permite la participación activa del lector, que, al tomar el rol de oyente dialoga con el autor y con los personajes, establece comparaciones, afirmando o negando visiones de la realidad propuestas en el texto.
El lector de esta novela se sitúa en el contexto mismo donde se crea la escritura y en donde el narrador y autor se relativizan, abriendo así una amplia gama de posibilidades de interpretación de la lectura.
A mi juicio una de las mayores riquezas de la novela de Juan Rulfo es su profunda capacidad de presentar la pluralidad del mundo rural mexicano posrevolucionario, gracias al enfrentamiento de diversas conciencias por medio de procesos comunicativos.
Pedro Páramo concilia la conciencia individual con la colectiva y subraya la imposibilidad de construir una única y objetiva visión de la historia, ya que ésta se construye con fragmentaciones de la memoria
La novela Pedro Páramo se publica por primera vez en 1955 en el Fondo de Cultura Económica.
La novela tuvo antes de Pedro Páramo los títulos de:“Los murmullos” y “Una estrella junto a la luna”.
La primera edición es fuertemente criticada por Archibaldo Burns en el suplemento México en la Cultura y por Alí Chumacero en Revista de la Universidad Nacional. (1955, p.26)
Pedro Páramo se ha traducido a infinidad de idiomas. La primera traducción es al alemán por Mariana Frenk en 1958. Esta novela ha inspirado una ópera y se ha llevado al cine en dos ocasiones: en 1966 y 1976.


Referencias:

Bajtin, M. (1989). Estética de la creación verbal (3a.Ed) México.: S.XXI
Bajtin, M. (1984) Problems of Dostoievsky's Poetics . Carl Emerson (Trad.) Minn. USA.: University of Minnessota Press .
Chumacero, A. (1955). El Pedro Páramo de Juan Rulfo . México.: Universidad de México.
Gutiérrez, H. (1985). Las palabras, los murmullos y el silencio . México.: Cuadernos hispanoamericanos 421.
Ramos, M.,(1991). La palabra artística en la novela de Juan Rulfo . México.: Universidad Autónoma del Estado de México.
Rulfo, J., (1980). El desafío de la creación. Revista de la Universidad Autónoma de México, 2/3, p.15
Rulfo, J.,(2000). Pedro Páramo (7a.ed.) México.:Plaza y Janés.
Volpi, J. (2001) En prólogo a: Rulfo, J. Pedro Páramo . Madrid.: Bibliotex.

El Profr. Miguel Galo Inette Burgos es catedrático de las materias de Teorías de la comunicación en EUA, Semiótica de la Imagen, Comunicación Política y Semiótica en la Universidad del Mayab.

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