LOCURA Y REALISMO MÁGICO EN PEDRO PÁRAMO

ESTUDIOS. filosofía-historia-letrasPrimavera 1993
*
Author: Maria Cristina Sacristán

* Agradezco a Mario H. Ruz los comentarios de forma y de fondo a una primera versión de este trabajo.
El estudio de la concepción de la locura en cualquier sociedad impone siempre la dificultad de su indefinición y la necesidad de conocer la cultura a la que alude. En el sur de Jalisco, durante los años que van de Porfirio Díaz a Obregón, "tiempo" y espacio'' que aproximadamente abarca Pedro Páramo de Juan Rulfo,' la distinción entre la locura y creencias populares no racionales que podríamos atribuir a la imaginación de un demente cuando en realidad forman parte de la cultura rural de pueblos como Comala, constituye una clara muestra de que la expresión de la locura se enmarca y se explica necesariamente en una cultura determinada. De ahí que desconociendo ésta sea poco menos que imposible descubrir aquélla. La figura del "alma en pena" que vaga por el mundo purgando sus pecados, motivo por el cual no descansa, es tan real para los habitantes de Comala como irracional podría serlo para muchos lectores de la novela de Rulfo. Así, "lo que tiene sentido y lo que no tiene sentido está irrevocable mente determinado por la cultural
Para comprender la concepción de la locura esbozada por Rulfo en personajes como Susana San Juan o Eduviges es necesario una segunda precaución. La sensación de irrealidad, de estupor, sorpresa, angustia e incluso desesperación o absurdo que siente el lector a medida que va pasando las páginas del libro tiene que ver con un recurso literario propio de la novela latinoamericana conocido con el nombre de "realismo rnágico". Parte de la técnica del realismo mágico consiste en producir Ia ilusión de irrealidad sirviéndose del relato de Iurores maniáticos, trances místicos, errores de percepción, pérdidas del sentido del tiempo, desdoblamientos de la personalidad, pesadillas, telepatías, paramnesias, alucinaciones, locuras... , algunos de ellos presentes en la narrativa de Rulfo. Que el realismo mágico pueda introducir personajes locos no nos da derecho a interpretar como locura algunos otros elementos de dicha técnica que contribuyen a presentar la realidad como si fuera mágica haciendo que una situación extraña resulte perfectamente cotidiana y natural.
Pedro Páramo tiene otras características que la hacen oscura en ciertos momentos. Como el propio Rulfo afirmó, la novela no dice las cosas directamente, las sugiere. La intemporalidad, la falta de una separacion clara entre la vida y la muerte (los vivos hablan con los muertos, el pueblo en realidad está poblado de almas en pena y cuerpos sin alma) son otros factores que reflejan lo complejo de la existencia humana.
Tomando en cuenta todas estas advertencias, intentaremos analizar los personajes a los que directamente Rulfo atribuye el adjetivo de locos para desentrañar su concepción de la locura y conocer la propia visión del mundo del escritor. Haremos entonces la distinción entre la locura y aquello que pertenece al campo de las creencias populares y a la estética del realismo mágico.
La locura es un lenguaje y al mismo tiempo una actitud ante la vida; un lenguaje aparentemente incomprensible que expresa una forma de percibir la realidad diferente a la lógica con la cual los cuerdos la aprehenden. El contenido semántico de este lenguaje entraña la subversión del orden establecido. No sólo se expresa y se percibe la realidad bajo otras formas, sino que además se cuestionan los principios que sostienen o rigen dicha realidad. Es una actitud ante la vida -no necesariamente consciente o deliberada- porque implica un comportamiento más o menos acorde con ese lenguaje del que hablamos.
Tener una percepción distinta de la realidad fue motivo para que Susana San Juan, la última esposa de Pedro Páramo, fuera juzgada loca por la mayor parte de los habitantes de Comala. El propio Pedro Páramo la consideró luna mujer que no era de este mundo . Según los decires del pueblo, cuando se casó con ella "ya se la entregaron sufrida y loca". "La mujer de Pedro Páramo, una pobrecita loca que le tiene miedo a la oscuridad" -sintió durante dos noches que el gato de la casa la visitaba, maullando y brincando como si tuviera hambre. En la segunda ocasión cuando llegó el felino "caminando por la orilla de su cuerpo creyó ver en él a Bartolomé, su padre. A la mañana siguiente Justina quien la consideró maniática a causa de sus alucinaciones- le comunicó que su progenitor había muerto y Susana confirmó su sospecha. Era él y vino a despedirse.
Aun cuando Rulfo encuentra una explicación a la actitud de Susana -el presentimiento de la muerte de su padre, mandado a asesinar por Pedro Páramodesde la primera vez Justina la cree soñadora o visionaria:
Estás otras vez soñando mentiras [ ... ]. Ves visiones, Susana. Eso es lo que pasa. Cuando venga Pedro Páramo le diré que ya no te aguanto. Le diré que me voy. No faltará gente buena que me dé trabajo. No todos son maniáticos como tú. Mañana me iré y me llevaré el gato y te quedarás tranquila.
Aunque después se arrepiente: "no importa que me hagas renegar, te cuidaré siempre"
Aparentemente este comportamiento tiene una explicación ya que otros habitantes de Coma la también parecen conocer el futuro, el pasado o lo que sucede en un lugar lejano comunicándose por telepatía. Además, en algunas partes el texto sugiere que Susana San Juan mantenía relaciones incestuosas con su padre pues parecían marido y mujer y su visión del gato caminando por la orilla de su cuerpo vendría a confirmarlo. No fue una visión desconectada de la realidad.
Eduviges Dyada presenta un comportamiento similar al de Susana San Juan aunque sólo fue estimada loca por Juan Preciado, precisamente un hombre extraño a la comunidad de Comala que no participaba como los demás de la naturalidad con la que los vivos dialogaban con los muertos o de la existencia de las almas en pena.
La propia Eduviges reconoció tener un sexto sentido intuitivo -don o maldiciónal percibir el galope del caballo de Miguel Páramo y hablar con él cuando fue a tocar a su puerta durante la noche. Al verlo, Eduviges sabe que ya está muerto y le agradece el haber venido a despedirse de ella. Según el propio Rulfo, la creencia popular en las ánimas que regresan a la tierra teniendo que penar para purgar los pecados cometidos en vida está muy extendida en Jalisco.
La posiblidad de hablar con los muertos y de llegar a un conocimiento verdadero sin necesidad de una comprobación empírica, lógica y racional sino sólo por medio de la intuición, también puede formar parte de la cultura de Comala. Sin embargo, un sujeto ajeno a ella la interpretó como signo de locura. Comala es locura a los ojos de un extraño porque en ella parecen trastocarse no tanto las leyes de la naturaleza cuanto las de la propia cultura occidental.
Cuando Eduviges recibe a Juan Preciado en Comala ya está enterada de su venida porque la propia madre de Juan, Dolores Preciado, se lo comunicó estando ya muerta; de ahí "que su voz se oyera tan débil, como si hubiera tenido que atravesar una distancia muy larga para llegar hasta aquí". Más insólito le parece a Juan que Eduviges aspire a alcanzar a su madre y se conduela de la ventaja que le lleva en el camino a la eternidad. Ella forzará a Dios para que disponga su muerte antes de lo prevenido. Semejante absurdo se le antoja tan inexplicable como la afirmación de Eduviges de que fiel hijo de Dolores debió haber sido mío si bien después conocemos el motivo. Su estupor lo conduce a sostener: "yo creía que aquella mujer estaba loca. Luego ya no creí nada. Me sentí en un mundo lejano y me dejé arrastrar". Es claro que las palabras de Eduviges trastocaron la lógica de explicación del inundo por el cual se regía San Juan Preciado al llegar a Comala.
Si interpretáramos la comunicación entre muertos y vivos y las alucinaciones visuales y auditivas como una forma de locura, habría que concluir en la estrecha relación entre locura y sabiduría, pues así como Susana San Juan percibió la muerte de su padre sin que se lo dijeran, también Eduviges supo de la venida de Juan Preciado por medio de su madre ya muerta.
Tener evidencias de la realidad distintas a las que comúnmente perciben los demás, es síntoma inequívoco de locura para otro de los hijos de Pedro Páramo, Miguel. La noche de su muerte, cuando fue a despedirse de Eduviges, le confesó azorado refiriéndose a quien andaba enamorando:
lo que sucede es que no pude dar con ella. Se me perdió el pueblo. Había mucha neblina o humo o no sé qué; pero si sé que Contla no existe. Fui más allá, según mis cálculos, y no encontré nada. Vengo a contártelo a tí, porque tú me comprendes. Si se lo dijera a los demas decomala dirían que estoy loco, como siempre han dicho que lo estoy.
Ella le comprende, ¿acaso por participar de su locura?:
No, Loco no, Miguel. Debes estar muerto. Acuérdate que te dijeron que ese caballo te iba a matar algún día. Acuérdate, Miguel Páramo. Tal vez te pusiste a hacer locuras y eso ya es otra cosa.
En cambio, Susana San Juan se definió a sí misma como loca. En una conversación que sostuvo con su padre Bartolomé, se lee:
¿Qué hemos hecho? ¿Por qué se nos ha podrido el alma? Tu madre decía que cuando menos nos queda la caridad de Dios. Y tú la niegas, Susana. ¿Por qué me niegas a mí como tu padre? ¿Estás loca?
-¿No lo sabías?
-¿Estás loca?
-Claro que sí, Bartolomé. ¿No lo sabías?
Susana, una de las mentes más lúcidas de Comala, como luego veremos, es consciente de su propia locura y goza de mayor sensatez que los propios cuerdos. Cuando murió su madreSusana no sintió dolor alguno, al contrario, aquella mañana era demasiado alegre. Ella "debía haber gritado", sus manos tenían que haberse hecho pedazos estrujando su desesperación", pero ese día los gorriones jugaban. En las lomas se mecían las espigas. Me dio lástima que ella ya no volviera a ver el juego del viento en los jazmines; que cerrara sus ojos a la luz de los días. ¿Pero por qué iba a llorar?" Rechaza otros convencionalismos como pagar unas misas gregorianas por la salvación de su alma, recurso espiritual acompañado de un fin de lucro
Ella no dejó ningún dinero. Díselos, Justina. ¿Qué no saldrá del Purgatorio si no le rezan esas misas? ¿Quiénes son ellos para hacer la justicia ,Justina? ¿Dices que estoy loca? Está bien.
Se negó también al consuelo que le ofreciera el padre Rentería encontrándose ya a las puertas de la muerte, así como a las lamentaciones de dolor de Justina. De hecho en la figura de Susana se encierra una crítica a la Iglesia como portadora de una fe poco auténtica. Para ella la creencia religiosa es absolutamente personal. La intervención de una tercera persona como el padre Rentería le parece poco menos que absurda. Su conciencia está tranquila y "su arrepentimiento -sin el cual no puede recibir los santos óleos- ya lo conoce Dios en todo caso. Además ¿de qué autoridad está investido el padre Rentería para perdonarla? Tal vez no tenga nada de qué arrepentirse. El juicio de Dios y la imagen del infierno que el padre quiere comunicarle quizá salgan sobrando porque para ella la vida no es "sino un pecado" y no cree en el cielo, sólo en el infierno.
Percibir lo insólito como natural y cotidiano forma parte de la técnica del realismo mágico expresada en la figura de Juan Preciado. La sorpresa de Juan al llegar a Comala es la del lector, pues al tiempo que va conociendo el pueblo nos va descubriendo y transmitiendo su estupor.
En el camino a Comala se encuentra con un arriero, Abundio, quien curiosamente es también hijo de Pedro Páramo, y ello sin que haya sorpresa de ninguna de las dos partes. A poco rato advierte que en Comala hace un calor tal que los muertos regresan por su cobija al llegar al infierno cuando descubren el frío que les invade. Esto parece tan insólito como irreal -frío donde los pecadores arden en llamas y retorno de los muertos a la tierra. Al mismo tiempo esta idea sugiere que Comala es como el mismísimo infierno. Luego advertiremos que se trata de un pueblo muerto, vacío de vivos, pero lleno de almas en pena, a causade los muchos pecadores que en otro tiempo la poblaron.
El mismo Juan antes de llegar a Comala nota que su viaje carece de finalidad. Por principio resulta sin sentido. Va en busca de su padre a un pueblo abandonado, donde "no vive nadie". Pedro Páramo también murió como todos los demás. A poco de haber llegado a Comala advierte Juan Preciado la extrañeza del mundo circundante. Eduviges le tiene preparada una habitación porque su madre desde el más allá le notificó su llegada. Durante la conversación con ella descubre que Abundio estaba muerto y lo encaminó otra persona o en todo caso su espíritu. Al poco rato se encuentra con Damiana, quien a su vez le aclara la muerte de Eduviges; penando debe andar aún y por eso se la encontró. A esta altura Juan Preciado ya duda de la propia existencia de Damiana después de todo lo visto y oído: el viento arrastra hojas aunque no haya árboles, se escuchan aullidos pese a la ausencia de perros, llegan ecos de voces que la propia Damiana identifica con sujetos muertos hace mucho tiempo: "¿Está usted viva, Damiana? ¡Dígame, Damiana!" *
Esta confusión que percibe Juan ameritaría volverse loco. Comala significa adentrarse en un mundo que se rige bajo otra lógica. Su percepción de la realidad no coincide con las evidencias que se le muestran. Al entrar a una casa donde encuentra a un hombre y unamujer desnudos pregunta: No están ustedes muertos El hombre lo cree borracho y la mujer asustado. De nuevo la realidad le engaña. La desesperación de Juan Preciado es tal que inquiere a la mujer:
-¿Cómo se va uno de aquí?
-¿Para dónde?
-Para donde sea.
El caso es huir de ese mundo irreal: veo cosas y gente donde quizás ustedes no vean nada". La pareja lo cree místico por sus visiones. La sempiterna relación entre locura y misticismo acerca al insensato a Dios y lo aleja del mundo.
Este mundo irracional que rodea a Juan Preciado encuentra su razón de ser en la propia infancia de Juan Rulfo. Vivió en un lugar totalmente destruido en lo geográfico y en vidas humanas. El propio Rulfo confiesa:
Nunca encontré ni he encontrado hasta la fecha, la lógica de todo eso. No se puede atribuir a la Revolución. Fue más bien una cosa atávica, una cosa de destino, una cosa ¡lógica. Hasta hoy no he encontrado el punto de apoyo que me muestre porqué en esta familia mía sucedieron en esa forma, y tan sistemáticamente, esa serie de asesinatos y de crueldades.
Lo que sucede en Comala es también algo ¡lógico e irracional que, sin embargo, forma parte de la cordura, de lo que aún no hemos podido alcanzar a explicar. No obstante, la impotencia ante lo que nos rodea puede conducir a la locura como por momentos parece verse en Juan Preciado.
El pesimismo que inunda la novela viene dado por la desilusión, la desesperanza y la falta de fe que inunda a los personajes. Eduviges, Juan Preciado y Pedro Páramo murieron porque perdieron la ilusión por la vida. Eduviges se suicidó, Juan Preciado murió de miedo ante el mundo que se le avecinaba y Pedro Páramo por la pérdida de un gran amor.
Elúnico sentimiento noble que tuvo Pedro Páramo -y en el contexto de su vida su gran y única locura- fue amar a Susanita. Tras su muerte le entró la desilusión, perdió interés por todo y trajo consigo la ruina a Comala:
... tan la quiso, que se pasó el restode sus años aplastado en un equipal, mirando el camino por donde se la habían llevado al camposanto. Le perdió interés a todo. Desalojó sus tierras y mandó quemar sus enseres. Unos dicen que porque ya estaba cansado, otros que porque le agarró la desilusión; lo cierto es que echó fuera a la gente y se sentó en un equipal, cara al camino.
Como Pedro Páramo dejó de vivir para Comala, ésta se fue llenando de plaga, de la plaga que arrasa cuando se va la gente.
El sentimiento que invadió a Pedro Páramo tras la muerte de su esposa, este dejarse morir fue similar al que embargó a doña Beatriz de la Cueva, por otro nombre La sin ventura, tras conocer la trágica muerte de su esposo, el adelantado Pedro de Alvarado, despeñado en 1541. Y así:
oyendo decir que el lugar donde a su marido le había sucedido la desgracia se llamaba las sierras de Muchitiltic, que en lengua mexicana quiere decir Todo Negro, porque cinco leguas de serranía que hay desde el pueblo de Muchitiltic hasta Iztlán, tierra y piedras todo es negro; para conformarse con el mandó teñir de negro toda su casa por dentro y fuera, patios, salas, retretes, cocinas, caballerizas, ranchos, hasta los tejados los vistió deluto [ ... 1 y ella se metió en un aposento muy obscuro y no quería ver luz, ni aun de una vela. No comió ni durmió algunos días ni consentía que la tratasen de consuelo y todo era lágrimas, gemidos, voces, gritos, locuras y desatinos y haberse en todo como mujer fuera de juicio.
Es posible que en Pedro Páramo hay una estrecha relación entre locura y desesperanza; se trataría de una locura eminentemente depresiva. No es casualidad que Eduviges, considerada loca por Juan Preciado, se haya suicidado también por desilusión.
En vida, Eduviges fue casi un modelo de santidad, "sirvió siempre a sus semejante?, "abusaron de su hospitalidad por esa bondad suya de no querer ofenderlos ni de malquistarse con ninguno". Pero para su desgracia, en el último momento "obró contra la mano de dios", perdió en un instante todos los méritos que había acumulado en el curso de su vida. La culpabilidad de Eduviges es evidente a los ojos de Comala; el padre Rentería no la perdonó, ni cree que se salve, tal vez rezando mucho", pero sin el dinero para las misas gregorianas parece aún más difícil, Eduviges debía andar penando como Damiana le aseguró a Juan Preciado, prueba irrefutable de su condenación.
Juan Preciado murió de miedo, deltemor a los murmullos y a los ecos que invadían Comala y que le resultaban incomprensibles.
Me mataron los murmullos. Aunque ya tenía retrasado el miedo, Se me había venido juntando, hasta quea no pude soportarlo [...]
Yo ya no estaba en mis cabales; recuerdo que me vine apoyando en las paredes como si caminara con las manos. .
A Comala lo llevó la ilusión, la ilucuerda ya bajo la tierra. En cambio, la locura de Susana SanJuan es creadora, en modo alguno des tructiva. De hecho es la única que enla tumba conserva recuerdos agradables de su pasado durante los solilo quios que ya en vida la acompañaban. Aunque el pueblo identifica sulocura con el sufrimiento y cree que la crueldad de Pedro Páramo encontró él sufrió precisamente a partir de lamuerte de Susanita.
De hecho, a diferencia de los demás, Susana murió con un gran sosiego, plenamente consciente de ello yhabiendo recibido hacía poco la confesión y la comunión. Resulta curiosotambién que a su muerte las campanas de la iglesia repicaran por tantos días atrayendo a los lugareños de otras aldeas estableciéndose una feria en Comala con circo, música, gallos, loteríay todo cuanto significara alegría, como si su muerte fuera un motivo de júbilo-quizá fue la única que alcanzó la salvación eterna en toda Comala- cuandoen realidad las campanas tocaban aduelo.
En general se podría afirmar que laconcepción de la locura en Pedro Páramo es absolutamente moderna, se lasión de encontrar a su padre, pero ledefine principalmente por la ausenciacostó la vida comoDorotea se lo re de un conocimiento racional del mundo y por una percepción de la realidaddiferente a la que la razón y los sentidos darían a entender. Ambos aspectos tienen como fin poner enentredicho la realidad; no implican sinembargo, una ruptura con lo real, forman parte de la realidad como otraforma de conocimiento y de comportamiento. Y decimos que es netamente moderna no sólo porque sefundamenta en el criterio de la razón y de la percepción de los sentidos, sinoporque además carece de toda connotación religiosa y del sentido de solidaridad colectiva hacia los locos, peculiaridades propias de sociedadescuyas normas morales de conducta son eminentemente religiosas y cuyos lazos comunitarios aún no han sido ahogados por las instituciones de beneficencia pública.
La ausencia de contenido religioso en el delirio no significa que Comala sea un pueblo ateo. Se trata más bien de una fe fanática" que "produce precisamente la antifé, la negación de la fe". Nos relata Rulfo:
Yo fui criado en un ambiente de fe, pero sé que la fe allí ha sido trastocada a tal grado que aparentemente se niega que estos hombres crean, que tengan fe en algo, por eso han llegado a ese estado. Me reliero a un estado casi negativo. Su fe ha sido destruida. Ellos creyeron alguna vez en algo, los personajes de Pedro Páramo, aunque siguen siendo creyentes, en realidad su fe está deshabitada. No tienen un asidero, una cosa de donde aferrarse.
Pero esta fe de la que habla Rulfo no es exclusivamente religiosa, es fe en la humanidad como un todo. En Comala la falta de solidaridad con los locos refleja esta pérdida de la ilusión que invade a los vivos tanto como a los muertos al carecer de esperanza en la redención.
Ambos factores -ausencia de contenido religioso en la concepción de la locura y falta de solidaridad con los insensatos- podrían dar a entender que Comala atraviesa un momento de crisis de los antiguos valores sin haber edificado aún otros nuevos para sustituirlos. Según Sommers los conceptos cristianos carecen de eficacia en la visión del mundo de Comala. Los sacramentos no contienen ningún signo de gracia, el pecado que asola a todo Comala no parece redimirse de ninguna manera como muestra el "continuunm" vida-muerte. Se muere sólo para seguir sufriendo: "ni la fe religiosa ni solidaridad humana ofrecen ningún antídoto contra un modo de existir en el cual el hombre está condenado a sufrir y a hacer sufrir a otro?.
Este problema del trastocamiento de valores ha sido visto con gran lucidez por Jean Franco, al afirmar que en Comala hay una disociación entre el orden moral ideal y el comportamiento real de la gente. Los preceptos morales, antaño practicados, se han derrumbado. Comala en vida era un pueblo pecador; transformada en páramo es una aldea sembrada de almas en pena. Juan Preciado llega a Comala buscando en su padre una relación humana, lazos de consanguineidad, y encuentra a un cacique que ha subvertido los valores tradicionales del catolicismo.
Eduviges que siempre vivió en santidad, termina suicidándose cayendo en la condenación eterna, mientrasque el malvado Miguel Páramo es absuelto a última hora por el padre Rentería. Esta desintegración entre el comportamiento real y el modelo ideal implica la ruina de un orden social y moral y la emergencia de nuevas formas de comportamiento todavía sin respaldo ideológico. Este conflicto entre lo nuevo y lo viejo que en sí no puede calificarse de locura, sino más bien de desestabilización, podría sin embargo conducir a la pérdida de la razón.
La presencia del pasado en el presente, de ese orden ideal que ya no guarda relación con las actitudes reales, pasado que va a buscar Juan Preciado en Comala, pasado/paraíso según las descripciones hechas por su madre, ha sido interpretado también como la imposiblidad del hombre latinoamericano por asumir su historia, de que el pasado deje de seguir siendo presente. El resultado es un presente muerto, carente de autenticidad, enajenado finalmente al estar dominado por el pasado.
La no asunción del propio pasado podría provocar inestabilidad e indefinición y conducir finalmente a la locura, porque la imposiblidad de elegir libremente en el presente obnubila la proyección hacia el futuro. De hecho, la locura en Pedro Páramo es ante todo el intento por explicarse de manera no racional el mundo incomprensible que se les presenta a sus lugareños, pero sobre todo a quienes son ajenos a él como Juan Preciado; de algún modo Pedro Páramo está proponiendo una forma de conocimiento de la realidad con independencia de la razón, instrumento que ya no explica nada.

No hay comentarios.: